Magia fácil y poderosa mediante sigilos
Concepto
Un sigilo es una representación abstracta de nuestros deseos. Proviene de la Magia del Caos [1], y actúa a manera de símbolo mágico personalizado que canaliza la energía y la concentra en una manifestación de aquello que queremos. Es un tipo de trabajo mágico muy sencillo, que no requiere ni círculo ni anclaje y que, para algunas brujas, representa su principal manera de hacer magia.
Los sigilos se apoyan principalmente en la visualización y, aunque es verdad que no hay mucho que decir sobre ellos debido a su simplicidad, son en realidad una herramienta que, además de no requerir muchos materiales ni mucho esfuerzo, puede ser tan poderosa como queramos que sea.
Pasos para hacer un sigilo
Algunas partes de esta sección fueron tomadas del video de Witching Me.
Existen varias formas de hacer sigilos. En este caso me enfocaré en las dos formas que aprendí en mi antigua práctica. Para ambos métodos no se requiere más que una hoja de papel y un lápiz o bolígrafo. También es muy importante que en todo momento estemos visualizando todos los detalles de lo que queremos y cómo lo queremos.
Primer método
- Tomar una hoja o un pedazo de papel, preferiblemente no muy grande, y escribir con mayúsculas una frase que exprese nuestro deseo. Es importante evitar palabras como “quiero”, “deseo”, “ojalá”, así como frases en subjuntivo o en tiempo futuro, porque eso le resta efecto. La frase debe estar en tiempo presente, y debe de expresar lo que queremos como si ya lo tuviéramos (pero tampoco hay que decirlas en pasado). Además, debe ser concisa, directa y simple, y se debe reducir la ambigüedad al mínimo.
Frase sobre la que haremos el sigilo de ejemplo. En este caso lo haré asumiendo que deseo pasar un hipotético examen
- Eliminar todas las vocales. Si hay una “Y” que se pronuncia como vocal (como en “soy”), entonces también hay que quitarla.
Frase con las vocales removidas
Eliminar las consonantes repetidas.
Hacer una tablita con la cantidad de columnas que deseemos, numerándolas. Comúnmente utilizo 8 columnas, pero no importa el número. Después, escribimos todo el abecedario en la tabla.
Tablita con 8 columnas, y con el abecedario
- Escribir los números desde el 1 hasta el que escogimos, acomodándolos de manera que formen un círculo. Podemos ponerlos en cualquier orden, aunque yo suelo hacerlo en dirección horaria.
Números acomodados en círculo
- Nos fijamos en qué columna está la primera consonante de nuestra frase, y ponemos un punto en el círculo cerca del número en cuestión. No importa de qué lado, sólo importa que esté cerca del número.
La letra "P" en este caso corresponde a la columna uno, por lo que pongo el punto cerca del número 1
- Hacemos lo mismo con la siguiente consonante, y unimos ambos puntos con una línea recta o curva.
Pongo el siguiente punto cerca del número 4, y lo uno con el punto anterior con una línea curva
- Hacemos exactamente lo mismo para el resto de puntos. No importa si dos o más líneas se cruzan.
Figura con todos los puntos unidos
- Podemos dejarlo así como está, o podemos afinarle algunos detalles, como suavizar las curvas, o hacerlo más aesthetic.
Resultado final, con el sigilo tal y como salió, y después un poco más estilizado
Voilà! Con eso hemos terminado nuestro sigilo. Es posible que, en ocasiones, tengamos varios puntos en un mismo número. No hay ninguna regla al respecto, aunque yo prefiero que no se junten más de dos y, en caso contrario, lo vuelvo a intentar cambiando la frase o el número escogido.
Segundo método
En este método los pasos del 1 al 3 son exactamente los mismos. Entonces, la diferencia está en que, en lugar de hacer la tablita y todo eso, simplemente tomamos las consonantes y con ellas hacemos el diseño que queramos, ya sea uniendo las letras, extendiéndolas, o poniéndolas como deseemos.
Ejemplo de sigilo hecho con el segundo método, uniendo las consonantes. Lo hice con Inkscape
Con ambos métodos tenemos la libertad de agregar cualquier detalle, extra o diseño que queramos; el límite es nuestra imaginación. Yo suelo usar el primer método porque no siempre tengo la creatividad para hacer sigilos bonitos por mi cuenta.
Activación
¡Espera! Aún no hemos terminado. Ya tenemos el sigilo, pero todavía no lo hemos activado, y entonces ahora toca hacerlo.
Activar un sigilo se refiere a dibujarlo de nuevo en cualquier lugar, visualizando de nuevo su intención y, si queremos, podemos pronunciar la frase inicial a manera de conjuro, o como manifestación. No es necesario hacer esto inmediatamente después de haber creado el sigilo, pero tampoco debe pasar demasiado tiempo para que la intención no se pierda, a lo mucho una semana. Se puede hacer con prácticamente cualquier cosa; algunas brujas dibujan el sigilo con su cuchara mientras se preparan un té, algunas kitchen witches los dibujan mientras esparcen sal o alguna especia mientras cocinan, otras lo hacen en su mente mientras meditan, etcétera. No hay una manera correcta ni incorrecta de hacerlo. Yo suelo activar sigilos dibujándolos con mis dedos después de haberlos mojado con agua lunar, y de vez en cuando los activo mientras me hago purificaciones energéticas.
Es importante mantener la concentración mientras activamos el sigilo, ya que es cuando más debemos visualizar todos los detalles de nuestro deseo. Si nos distraemos o si no visualizamos bien el sigilo podría terminar teniendo un efecto distinto al que queríamos. Cuando yo era baby witch estaba una vez activando un sigilo, y mientras lo estaba haciendo un familiar me asustó a manera de broma; eso bastó para que empezara a tener el efecto opuesto al que quería, y al cabo de unos días tuve que deshacerlo y volver a intentarlo. Ya que lo hemos activado, lo que menos debemos hacer es contárselo a alguien más; el cuarto pilar de la magia ya nos habla de no divulgar lo que hacemos, y especialmente con esto debemos aplicar ese principio. Si nos ponemos a contarle a todo el mundo sobre nuestro sigilo, vamos a terminar debilitándolo y, en el peor de los casos, alterando su intención y su efecto. Tampoco debemos pasar día y noche pensando en él, ya que terminaremos con el mismo resultado; después de activar un sigilo, lo mejor es olvidarnos de él y seguir con nuestra vida.
Cuando el sigilo ha cumplido su propósito (o si, por el contrario, pasa mucho tiempo y no se cumplió, que en mi caso el tiempo que dejo pasar es una lunación), debemos deshacernos de él, ya que si lo dejamos, también vamos a terminar cambiando su intención. Lo que yo hago es agradecer por la energía del sigilo y quemarlo. Si no lo puedo quemar, entonces lo rompo y lo tiro con respeto.
Desaconsejo totalmente el reciclaje de sigilos que hayamos hecho en el pasado; no son reutilizables. Tampoco está bien usar sigilos que veamos en internet, ya que no sabemos qué intención tienen y, por ende, no podemos asegurar que obtendremos el resultado deseado utilizándolos. A propósito dejé el sigilo de ejemplo sin intención, y lo destruí para que no se pueda utilizar.
Los sigilos son una forma simple pero poderosa de hacer magia. Hay que tenerles respeto, y hay que tener cuidado al hacerlos. No se deben tomar a la ligera y, por el contrario, se deben entender como lo que son: una herramienta para mejorar nuestra vida.