El Coven de la Bruja Gen Z

Algunas partes de este post fueron tomadas del video de Alanna.

Alrededor del 21 de septiembre el día y la noche llegan al punto en el que ambos tienen la misma duración, y hay un equilibrio entre la luz y la oscuridad. A esto se le llama Equinoccio de Otoño.

Este es un momento mágico, en donde todas las cosas pueden sentir y celebrar su armonía. El verano ha llegado a su fin, para dar paso al otoño. Es un momento feliz, aunque fugaz; poco a poco el calor, el fuego, la fertilidad y el movimiento de la naturaleza se tranquilizarán, entrarán en reposo, y los días se volverán cada vez más fríos. No por ello hay que entristecernos, pues podemos disfrutar este pequeño momento de armonía y equilibrio natural. Mabon es la festividad que celebra todo esto.

Según el libro El Camino de la Bruja de Carla Medina [1], el nombre de esta festividad proviene del dios galés llamado «Mabon ap Modron», quien es hijo de la diosa madre de la tierra Modron.

¿Recuerdas que anteriormente dijimos que Lughnasadh es la fiesta de la primera cosecha? Pues en Mabon, además de celebrar el Equinoccio de Otoño, también se celebra la segunda cosecha. Es un momento para agradecer a la Tierra por su abundancia y por todo lo conseguido después de tanto trabajo. Antiguamente se recolectaban las uvas y se prensaban para producir vino, y también se hacía la recolección de las manzanas, que eran un símbolo de perfección e inmortalidad para muchas culturas antiguas. De hecho, en la mitología nórdica, la diosa Iðunn poseía manzanas doradas, las cuales eran consumidas por los demás dioses para así permanecer jóvenes hasta la llegada del Ragnarök.

Mabon también representa el momento de completar proyectos, de despejar y soltar lo que ya no necesitamos y lo que no deseamos mientras nos preparamos para el descenso de la temperatura, la reducción en la duración del día y el período de calma que se avecina en los próximos meses. Es un tiempo de reflexión, introspección, y de plantar semillas de nuevas ideas y esperanzas.